Oración a la Virgen del Carmen

También conocida como Nuestra Señora del Carmen, es una de las tantísimas advocaciones que posee la tan famosa Virgen María. Sin embargo también se le conoce como Santa María del Monte Caramelo, proveniente de su veneración en el Monte Carmelo en Tierra Santa. En este artículo te daremos algunos datos que deberías saber de esta virgen, así como un puñado de buenas oraciones para que las dediques.

Índice de contenidos

Virgen Del Carmen, origen

Hablemos un poco de su nombre. Mencionamos que es conocido como la Virgen María del Monte Carmelo, o Virgen del Carmen. Las palabras «Carmen» y «Caramelo», ambas en hebreo son traducibles a «Jardín de Dios». Asimismo, el Monte Carmelo está situado en lo que se conoce actualmente como Israel, y hace aparición en el libro Isaías 35:2, descrito como un lugar hermoso, y este profeta vivía en una gruta ahí situada.

Alrededor del año 1200 un grupo de ermitaños, inspirados por el profeta, vivieron en el Monte Caramelo, y fueron estos devotos quienes formaron la conocida Orden de Nuestra Señora del Monte Caramelo, denominados carmelitas. No obstante, en 1251 ocurrió la primera aparición de la Virgen del Carmen, el día 16 de julio a San Simón Stock, el máximo general de la Orden, y ésta le entrega el escapulario, un signo principal del culto mariano carmelita.

La Virgen del Monte Carmelo tiene una comunidad de adoradores alrededor de todo el mundo, la cual se expandió exponencialmente a toda Europa, desde España y Portugal hasta la mayor parte de Iberoamérica en el siglo XVI. De hecho, en América posee mayor devoción en Chile, Venezuela, Perú y Puerto Rico. En una de sus representaciones le podemos observar como una intercesora de las ánimas en el Purgatorio.

Devociones de la Virgen del Monte Caramelo

Al ser venerada en todo el mundo y por diferentes culturas, es vista en cada una de ellas de una manera distinta, por lo que es considerada una patrona de muchas de las nombradas culturas en distintos países.

En España se le conoce como la patrona del mar y de la Armada Española, por otro lado la Virgen del Carmen es conocida en Los Andes como un Patrona del Ejército de los Andes, liderado por el general José de San Martín, quien gestionó la independencia de Argentina, Perú y Chile.

Aparte, es considerada por los chilenos como la Reina y Patrona de sus Fuerzas Armadas y Carabineros (Policía de las Fuerzas de Orden y Seguridad) en Chile. En Perú es la Patrona del Criollismo, y en Bolivia es no menos que la Patrona de la Nación y sus Fuerzas Armadas.

Sin embargo, en Colombia tiene incluso fiesta. La Fiesta de La Virgen del Carmen se celebra ya que los transportadores la tomaron como su patrona, pidiéndole protección en cualquier situación peligroso, es por ello que en las calles colombianas es común poder ver un montón de altares a la Virgen del Carmen en honor a ella, con velas puestas a su alrededor por los conductores con peticiones y escapularios.

Milagros hechos por la Virgen del Carmen

Tal vez ya sabías todas las cosas mencionadas en este artículo, pero queremos mencionarte y contarte algunos de los muchos milagros hechos por la Virgen del Monte Caramelo, y que han pasado a la historia como hechos increíbles, de los cuales solo pueden entenderse que fueron gracias a una mano divina, más que explicaciones lógicas.

Uno de ellos ocurrió en el mes de noviembre de 1955. Se cuenta que había un avión pequeño que transportaba 27 personas, y que mientras surcaba los cielos presentaba diversas fallas, las cuales le hicieron estrellarse. En este accidente murieron 26 de sus ocupantes, exceptuando a una muchacha, la cual relata que al notar la falla del avión ella tomó su escapulario y pidió ayuda a la Virgen del Carmen. Como resultado del accidente su ropa se redujo a cenizas y sufrió leves quemaduras, más su escapulario no fue alcanzado por las llamas en ningún momento.

Un caso mejor documentado ocurrió en mayo de 1957, en Alemania, más específicamente en Western Boden. Un accidente hizo que una fila de casas se incendiaron. Dentro de una de estas casas, sus habitantes decidieron colgar un escapulario en la puerta principal de la vivienda. Algunas horas después, cuando el fuego se extinguió, pudo verse, entre toda la destrucción y cenizas, que la casa con el escapulario colgado yacía intacta sobre el suelo. 22 casas fueron destruidas ese día, menos esa. Este acontecimiento ocurrió en verdad, y fue atestiguado por cientos de personas.

No obstante, el más extraordinario ocurrió hace más de 100 años. Aconteció en Puerto Rico, Latinoamérica. Se conoció la noticia de que un barco con el nombre de Galileo naufragó junto a miles de trabajadores. Don Emilio Cruz Ayala, panameño en la provincia de Chiriquí, quien era dueño de la embarcación, oró a la virgen del Carmen motivado por las familias de sus empleados, para que encontrasen ayuda.

Luego de unos días sin noticias de los empleados, los tripulantes tocan tierra firme, en el cual hallaron un barco que fue capaz de llevarlos a casa. Los tripulantes relataron que tras naufragar en una isla, se les apareció una mujer hermosa, la cual les ofreció comida, les dio compañía y ayudó a tener las fuerzas para poder llegar a tierra en que fueron rescatados.
Como sabrás, estos casos son antiguos, pero puedes buscarlos en el mar del internet, y buscar aún más, los cuales son igual de asombrosos.

Oraciones a la Virgen del Carmen

Ahora sí, que sabes de lo que la virgen es capaz, te queremos regalar unas oraciones que seguro te van a gustar, y puedes ponerlas en práctica. No importa en qué país estés, ni tampoco a cual dogma cristiano pertenezcas, las plegarias y oraciones que dediques a la Virgen del Monte Caramelo, siempre y cuando sean hechos desde la fe y la benevolencia del corazón ante todo.

Ten en cuenta también que nada es mejor que una oración hecha por uno mismo, y que si es del corazón todo se dará como tú lo quieras.

Para la Virgen del Monte Carmelo

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario, por lo que su Divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo, el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que te pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria y bien de mi alma; que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa.

Quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente y uniendo mi voz con sus afectos, te saludo una y mil veces diciendo: (Tres Avemarías).

Virgen Santísima del Carmen, yo deseo que todos sin excepción, se cobijan bajo tu sombra protectora de tu Santo Escapulario y que todos estén unidos a Ti Madre Mía, por los estrechos y amorosos lazos de ésta tu querida insignia.

¡Oh Hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante su sagrada imagen y concédenos benigna tu amorosa protección. Te encomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre el Papa y la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos.

Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu Divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre Mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad.

Amén.

Orar para los tiempos difíciles

“Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
Amén.”

Gracias y ofrecimiento

¡Oh Virgen Santa del Carmen! Jamás podremos corresponder dignamente a los favores y gracias que nos has hecho al darnos tu santo Escapulario. Acepta nuestro sencillo, pero hondamente sentido, agradecimiento y, ya que nada te podemos dar que sea digno de Ti y de tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón, con todo su amor, y toda nuestra vida, que queremos emplear en el amor y servicio de tu Hijo Señor nuestro, y en propagar tu dulce devoción, procurando que todos nuestros hermanos en la fe, con los cuales la divina Providencia nos hace convivir y relacionar, estimen y agradezcan tu gran don, vistiendo el santo Escapulario, y que todos podamos vivir y morir en tu amor y devoción.
Amen.

Novena a la Virgen del Carmen

Primer día

Comenzar con el acto de contrición y la oración. ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en aquella nubecilla que el gran Profeta de Dios, Elías, vio levantarse del Mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando la purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo Jesús, para remedio universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de su majestad copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes frutos de virtudes y buenas obras, a fin de que sirviendo con perfección en esta, vida, merezca gozar en la eterna. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Segundo día

Comenzar con el acto de contrición y la oración. ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que por tu singular amor a los Carmelitas los favoreciste con tu trato familiar y dulces coloquios, alumbrándonos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que dichosamente gozaron. Te ruego, Señora, me asistas con especial protección, alcanzando de tu bendito Hijo Jesús luz para conocer su infinita bondad y amarle con toda mi alma; para conocer mis culpas y llorarlas para saber como debo comportarme a fin de servirle con toda perfección; y para que mi trato y conversación sean siempre para su mayor honra y gloria y edificación de mis prójimos. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc. Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

Tercer día

Comenzar con el acto de contrición y la oración. ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurren fervorosos a darte culto y alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde Él habite siempre amado, adorado y alabado por mi, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc. Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

Cuarto día

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para mostrar tu especialísimo amor a los Carmelitas les honraste con el dulce nombre de hijos y hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su confianza, para buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el consuelo y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones, moviéndonos a la imitación de tus excelsas virtudes. Te ruego, Señora, me mires, como amorosa Madre y me alcances la gracia de imitarte, de modo que dignamente pueda yo ser llamado también hijo tuyo, y que mi nombre sea inscrito en el libro de la predestinación de los hijos de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo. Así que Señora, te lo suplico humildemente, diciendo La Salve.

Quinto día

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada Religión del Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto, dándole por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios y tuyo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo La Salve.

Sexto día

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda del santo escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo La Salve.

Séptimo día

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten, un escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo La Salve.

Octavo día

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial protección en la hora de la muerte para con los que devotamente visten tu santo escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera penitencia salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia, perfecta contrición de todos mis pecados, encendido amor de Dios y ardiente deseo de verlo y gozarlo, para que mi alma no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad eterna de la gloria. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo La Salve..

Noveno día

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como piadosísima Madre de los que visten tu santo escapulario consuelas sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, nuestro Señor, en la gloria. Te ruego, Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones de cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo que logre este singularisimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo La Salve.

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