Como adultos sabemos que Dios nos ayuda en todo lo que hacemos durante nuestras vidas, si es que lo seguimos como se debe y dictan las santas escrituras. Hemos presenciado con nuestros propios ojos hechos inexplicables, insólitos, que solo han de ser posibles con fe y teniendo nuestro corazón en manos de Dios. Es por ello que no se debe flaquear en fe nunca, ya que Dios aborrece a los incrédulos.
¿Pero qué pueden saber nuestros hijos de ello? ¿Cómo podemos enseñarles? ¿Como, al menos, podemos instruirlos en el mundo del cristianismo? Todo eso podemos hacerlo por medio de oraciones e inculcarles la fe por medio de la palabra. Si quieres saber como hacer todo esto y tener algunas oraciones ya preparadas, sigue leyendo.
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La importancia de Dios para los niños
La niñez de cualquier persona es una etapa muy importante en el desarrollo de dicho ser humano. En esta fase del crecimiento las personas solemos adquirir prácticamente todas nuestras características como individuos, somos como esponjas que absorben todo lo que tocan. ¿Cómo sería si nuestra niñez estuviera llena de Dios, y absorbiéramos todo lo que Él es?
Dios en la vida de los niños es importante precisamente por esta razón. El mundo está plagado de tentaciones, de gente mala, y de cosas que el enemigo desea que hagamos, pensemos o digamos. Todo el mundo es una trampa en la que nuestros inocentes hijos pueden caer, y así irse alejando de Dios poco a poco. Y todos muy bien sabemos lo que le ocurre a las personas que se alejan de Dios: se sienten tristes, caen en banalidades, se vuelven personas de corazón tieso, y algunos llegan a estar llenos de rencor y odio.
Aunque esto lo vemos poco reflejado en los niños, la verdad es que a ellos se les entrega, en la mayoría de los hogares, una atención que no es la que necesitan. Algunas veces se les sobreprotege, y otras los padres dejan que vivan su vida como quieran, cuando ellos no son capaces de tomar ciertas decisiones.
Dios cuida a tu hijo del mundo
A medida que un niño crece se expone cada vez más a un montón de estímulos, algunos buenos como la convivencia con amigos, salir a jugar o ver programas de televisión para adultos pero que le enseñan cosas (Animal Planet o Discovery). No obstante, como mencionamos anteriormente, el mundo está lleno de cosas malas de las cuales debemos alejarnos durante su desarrollo.
Los niños pueden estar expuestos al maltrato, tanto verbal como físico, de sus padres, amigos o familiares. Es posible que algún día se tope en la televisión o la internet cosas que no debería ver, como películas violentas o sexuales, quizá directamente con pornografía. Incluso la literatura actualmente está llena de contenido obsceno. Las series, música, películas y las mismas personas son portadoras de banalidades como las drogas, el alcohol, el libertinaje o las pandillas juveniles.
En un mundo donde la maldad y lo efímero de las cosas se premia, ¿dónde quedan nuestros niños? Quedan a la deriva, donde Dios los acompaña, pero para ello se les debe presentar a Cristo, y esto se hace por medio de la iglesia y por medio de la palabra en casa.
Iglesia en la niñez
Una de las cosas que debemos entender es que Dios está en todas partes, y podemos hacer que nuestros hijos busquen de él tanto en una iglesia como en nuestros hogares. Podemos llevarlos a las iglesias, esto lo sabemos con el ejemplo de Jesús que en el libro de Mateo capítulo 9 vemos que aceptó en su ministerio a niños y adultos por igual.
No obstante, debemos asistir con ellos a una iglesia que tome a los niños y adultos por igual, así como en el hogar se les da igual atención y prioridad debe ser en la iglesia, ya que muchas tienen como objetivo darles tareas y mantener a los adultos pero no a los niños. De hecho, se sabe que muchos de los pastores en el mundo conocieron a Cristo o se entregaron a entre los 5 y 15 años. Llevarlos a una iglesia que les permita participar los hará buscar de Dios en años futuros, y hará que poco a poco ellos traigan a nuevas personas a la iglesia.
De la misma forma, es una forma de hacer que Cristo llegue a la niñez y con el tiempo a la sociedad. ¿Cómo podemos hacer que haya un cambio de parte de Dios si no nos preocupamos porque los niños caminen por el sendero de la verdad? Llevar a niños a la iglesia los prepara para la batalla espiritual entre el reino de Dios y las fuerzas de las tinieblas.
No somos los cristianos, es Dios quién quiere a tu hijo en su iglesia
Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de Dios, esto es lo que expresa Marcos 10:14. En este podemos leer claramente que el mismo Jesucristo nos ordena que dejemos acercarse a los más pequeños a su gracia. Esto quiere decir que debemos darle a los niños todas las herramientas y ayudas que necesiten para conocer personalmente a Dios.
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón, y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Este versículo del libro Deuteronomio 6:6-7 es un mandado directo de Dios hacia nosotros. Debemos dictar a los niños la palabra de Dios por encima de todas las cosas, y ser obediente con este mandamiento que nos entrega, es claro y directo, de no hacerlo seríamos desobedientes.
De hecho, en Marcos 16:15, nos expresan directamente que la palabra de Dios no es para nosotros, sino para todos, y que nuestro deber como seres humanos es difundirla a todo ser vivo, toda persona que conozcamos. Nuestro deber es presentarles a Dios, incluyendo nuestros hijos.
Oraciones para tus hijos
Padre nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.
Himno de laudes al Ángel de la guarda
Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas,
ni de noche ni de día. Aunque espíritu invisible,
sé que te hallas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuentas todos mis pasos.
En las sombras de la noche, me defiendes del demonio,
tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y oro.
En presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto:
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Amén.
Quiero ser tu amigo.
Quiero ser tu amigo,
y entregarme siempre
con alegría y responsabilidad.
Quiero alabarte con mi entrega generosa y fiel,
Enséñame, Señor, a amarte cada día
y a dar testimonio de tu amor.
Ayúdame a ser un buen estudiante,
a ser servicial en la Iglesia,
con mi familia y en todo lugar.
Amén.
Oración para el niño Jesús
Jesusito de mi vida,
tu eres niño como yo,
Por Eso Te Quiero Tanto
Y te doy mi corazón,
tómalo, tómalo,
tuyo es, mío no.