¿Eres un cristiano o una persona tibia? Dios aborrece a los tibios, y también merece toda nuestra confianza y fe, para demostrarle que lo amamos por sobre todas las cosas. ¿Cuán importante es dedicarle tiempo al Señor realmente? ¿Qué es lo que ello puede traernos?
Estas preguntas y demás podemos responderlas con el uso del estudio de la fe y de la Biblia, precisamente un Salmo, el 34, que habla sobre bendecir a Dios y las bendiciones que ello traerá.
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¿A Dios le guste que le adoremos?
Claro que sí. Dios, claramente, no necesita que le adoremos, es decir, es un ser omnipotente, y no tiene necesidad alguna. No obstante, es nuestro deber, como su creación, adorarle, amarle y confiarle todo lo que tenemos. Pero esto no es todo, hay algo que se nos escapa con esto.
Dios es el único digno de nuestra adoración y servicio. Durante la adoración involucramos nuestro ser completo, nuestras tres partes: cuerpo, alma y espíritu. Asimismo, no se debe abandonar la adoración a Dios en ningún momento, debe adorarle durante la riqueza, la pobreza, la salud, la enfermedad, el bienestar o el dolor, y durante cualquier situación por la que estemos pasando. Sin importar lo que estés viviendo, Dios es capaz de ayudarte aunque perdamos la vida por su causa, porque para Él nada es imposible.
Esto es algo que se nos da a entender en los primeros capítulos del Salmo 34. Se nos ordena bendecir a Dios, es decir, ser gratos hacia él. Podemos ver que el Salmista muestra su disposición a agradecerle al Señor en las circunstancias más adversas, y que conocía que Él le entendería y no se apartaría del salmista. El pasaje habla de exaltar el nombre de Dios, que significa colocarlo en el pedestal más alto que tengamos, ya que es el único lugar que merece en nuestras vidas.
¿Debemos confiar en Dios? ¿Qué dice el Salmo 34 al respecto?
Dios nos ama, y nos creó para que, además de adorarlo, le confiemos lo que somos. Claro que podemos confiar en Dios, para cualquier cosa, desde contarle nuestros problemas hasta pedirle que haga milagros y que obre en nosotros. El Salmo 34 aborda este tema también.
El pasaje bíblico menciona que Dios desea que experimentemos sus bendiciones, y para ello, menciona el salmo, debemos tener una reverencia ante Él permanente. Es decir, el Salmo habla «temor» a Dios. No obstante, no es el mismo temor que poseen quienes están en peligro. Los temerosos de Dios son aquellos que le tienen respeto, y los que le respetan disfrutan a abundancia. De hecho, el salmista hace una clara referencia a ello, puesto a que dice, prácticamente, que nada le falta a los que le temen al Señor, y que quienes le buscan nunca estarán necesitados de algún bien material.
El Señor también desea que tengamos una vida abundante. Sin embargo, ¿Cómo tengo una vida llena de abundancia? ¿Qué debo hacer? En el versículo 12 del Salmo 34 está esa misma pregunta, y sus respuestas. En los versículos siguientes se nos dan las respuestas, los requisitos, para tener una vida abundante y mantenerla así. Y son «Guardar la lengua del mal», «No hablar engaño o decir mentiras», «Apartarse del mal», «Hacer el bien» y «Buscar la paz y seguirla».
Es muy sencillo deducir que esto quiere decir que no hemos de engañar a los demás, sea por el motivo que sea. Que debemos apartarnos de todo lo que sea malo, tanto para nosotros como a los ojos del Señor. Asimismo, debemos hacer cosas buenas (aunque en la Biblia se explica que estos actos deben salir del corazón, porque sino no cuentan), y buscar la paz en nosotros, para así seguirla.
¿Qué obtenemos si hacemos lo que Dios ordena, según el Salmo 24?
El principal propósito, misión, de todo ser humano sobre la Tierra, es adorar a Dios. Aquellas personas que conviven con Dios y lo han hecho durante muchos años entenderán que llevar a cabo su propósito universal es la gloria más grande que son capaces de experimentar como personas. Adorar y amar a Dios conlleva, también, apegarse a sus normas y reglas.
Si no hacemos esto, las cosas no nos irán muy bien en la vida. Este Salmo habla sobre las implicaciones y las acciones que Dios tomará para aquellas personas que se denominan a sí mismas autosuficientes, y que se sienten bien pecando y llevando el mal por toda la Tierra. El salmista escribió que estos individuos serán olvidados, morirán y que serán condenados. Explica que cada humano tiene el control total sobre sus decisiones, que pueden ser obrar el bien o el mal. No obstante, los hombres no tienen la capacidad de escoger las consecuencias de sus acciones, y que ninguno de los que decidan hacer el mal podrán escapar de Jehová y su castigo.
Por otro lado, también se habla sobre los beneficios que obtendrán quienes sean justos. Dios va a ayudar y proteger a quienes quieren agradarle, y no importará la circunstancia, Él estará ahí siempre. Se explica que Dios los estará viendo siempre, y estará atento a todas sus peticiones y clamores, ya que Dios escuchará a los justos y los librará de toda angustia.
Asimismo, dice que se le brindará protección, y que quienes le adoren y obedezcan nunca podrán ser quebrantados. También se menciona que Dios levanta a las almas de sus siervos (las redime en toda su gloria), y quienes confían en él no serán condenados jamás.
¿Qué es lo que quiere decir el Salmo 34?
Ahora que hemos desglosado al salmo 34, nos toca saber qué es lo que en verdad desea decirnos. Lo primero que podemos mencionar es que Dios no quiere que nuestra adoración hacia Él se vea afectada o retirada por las circunstancias.
Asimismo, debemos colocarlo a Él en lo más alto, como lo más importante, en cualquier lugar y circunstancia, bien sea en nuestra casa, en el trabajo o en la calle. Siempre Dios será lo más importante para nosotros.
Y luego, como último punto, para poder disfrutar de todo lo que Dios tiene para regalarnos, debemos caminar por la vida en santidad, siguiendo sus reglas y normas para agradarle.