¿Te sientes mal últimamente? Lo creas o no, las personas solemos recordar muchas cosas durante un día normal, y más allá de revivir en nuestras mentes momentos triste, algunos recordamos cosas que hicimos y con las que no nos identificamos hoy día, versiones de nosotros que ya no existen, y que pueden pertenecer a un pasado en que no éramos cristianos y teníamos vidas pecaminosas. Una forma de librarnos de este peso es rogarle a
Dios por su perdón, el cual nos dará sin dudarlo si lo hacemos con fe y confianza en él.
Un buen ejemplo de cómo hacerlo puede ser el salmo 51, parte de la biblia que deseamos comentarte aquí en este breve artículo, de qué trata, cómo se interpreta y mucho más.
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Culpa y remordimientos
Es muy asertivo mencionar que cada uno de nosotros hemos hecho, a lo largo de nuestras vidas, cosas, o dicho otras cuentas, de las cuales no nos sentimos nada orgullosos como personas. Y aunque son cosas que hayamos hecho hace mucho tiempo, es algo que a veces tiende a perseguirnos y generar malestar emocional.
Pueden ser varias cosas, como por ejemplo haber dicho algo que hirió a otra persona, una decisión que, pudo beneficiarnos pero, perjudicó a otra persona que no tenía nada que ver. Incluso, tal vez, hemos hecho acciones malas, crueles o injustas frente a cualquier otra persona, o animal incluso.
Herrar es de seres humanos, y no eres la única persona que llega a sentirse así cuando piensa en sus errores sin enmendar, aunque cada uno lo lleva como bien le parezca. Muchas personas llegan a trancar sus vidas por estos sentimientos, o se abrigan y refugian en otras soluciones. Lo primero que debes hacer es comprender y admitir tu error. Algo que los cristianos siempre hacen es ir a Dios.
Cristianos superando la culpa
Evidentemente, cometer actos indebidos, o bien hacer cosas malas, es algo que está en nosotros, en nuestra biología como seres humanos, es por ello que a los niños se les enseña a no mentir, porque nacen con el impulso de hacerlo. Lo mismo pasa con los pecados que cometemos, cada uno de ellos es el resultado de impulsos de nuestro cuerpo y lado pecaminoso.
Pecados hay muchos y de todo tipo, cada uno tiene su peso, como mentir o robar, e incluso hay algunos que son considerados pecados mortales, tales como la lujuria, la pereza, la envidia o la avaricia. Estos pecados los hemos cometido, al menos alguno de ellos, en algún momento de nuestras vidas, y es algo que puede perseguirnos como cristianos, llegando incluso a hacernos pensar que no merecemos seguir a Dios y que él nos va a detestar.
No obstante, algo que debemos recordar en esos momentos es que Dios es un ser de amor, la expresión máxima de esta, y puede que hayamos cometido los actos más viles, aborrecibles y pecaminosos que existen, pero él no va verte mal si te arrepientes de corazón sobre todo lo que hiciste. Te enseñaremos cómo se relaciona el Salmo 51 con todo esto.
Salmo 51, ¿qué quiere decir?
Antes que nada, hemos de entrar en contexto sobre este Salmo. En 2 de Samuel podemos ver que el rey David divisó desde su palacio a una mujer bañándose, Betsabé. Al llamarle tanto la atención, y tras saber que su esposo Urías estaba en una guerra con casi todos los hombres del pueblo, ordenó que la llevaran a su palacio, donde cometió adulterio con ella.
Betsabé quedó embarazada, y para enmendar su error quiso traer a Urías para que durmiera con su esposa, pero éste rechazó la oferta. David le envió una carta a Joab, el encargado del ejército, y dio la orden de colocar a Urías al frente de la batalla y abandonarlo para que los enemigos lo mataran, planeó la muerte de Urías. Posterior a eso, él se casó con Betsabé, y tuvo a su hijo, aunque esto no le gustó a Dios.
Dios envió a Natán, un profeta, y este reprendió a David. Lo hizo fue contarle al rey una historia de dos hombres, uno rico y otro pobre, en la que el rico le arrebataba al pobre su bien más preciado. David alegó, molesto, que el hombre rico debía morir, y Natán le hizo saber, por palabra de Dios, que él era ese hombre rico.
Como consecuencia de estos pecados cometidos por David, Dios fue quitándole todas las bendiciones que le había dado. Esto es normal si pecamos, perder cosas buenas de Dios por apartarnos de su plan. En la historia vemos como la familia de David se sumió en una guerra y desunión, y sus hijos se vieron implicados en tramas como incesto, envicio y celos, todo porque David abrió las puertas de su familia a estos males.
Significado del Salmo 51
Debemos entender que el Salmo 51 es en realidad una oración, una oración que nace de un pecador que se arrepiente. El rey comienza pidiendo piedad a Dios, reconociendo así su pecado como una forma de rebelión a Dios.
Otra cosa que podemos ver en el Salmo es que David pide a Dios un corazón nuevo y renovado, limpio y bueno ante los ojos del Señor. Esto nos quiere decir que Dios es capaz de cometer nuestros errores y volverlos cosas buenas, para ello debemos tomar tiempo en oír al Espíritu Santo, y sentir gozo al obedecerlo, para así estar en el camino correcto. Entre menos gozo, más nos desviamos.
Vemos que David después de esto decide llevar una vida llena de alabanzas y ser testigo de Dios, y no permitiría que el pecado arruine su vida otra vez. Esto porque sabía que en Dios hay nuevos comienzos, y él buscaría el suyo hablando del amor y perdón del Señor. Esto se llama restauración, y es capaz de dar un nuevo propósito a nuestras vidas.
Por último, el Salmo nos da a entender que debemos ser humildes ante Dios, y reconocer que dependemos de su presencia en nuestras vidas para así vivir en paz, y recibir las bendiciones que tiene para nosotros.